Acabó el fin de semana y con él terminó el Raid Costa de la Luz, también llamado The Choco Spirit.
Todos los días duran lo mismo pero no todos se aprovechan tanto como los del Raid Costa de la Luz. Tres días cargados de energía, rebosantes de adrenalina y llenos de diversión.


Viernes 7
Todo comenzó con la llegada de los patrones y sus equipos al Puerto del Terrón de Lepe. Una vez allí se reunieron y se hicieron los controles de seguridad pertinentes.
Más tarde se animó la noche con una fiesta de bienvenida y esto dio oportunidad de conocerse entre equipos. Los concursantes fueron mentalizándose para la prueba que les aguardaba al día siguiente. Y así entre, risas y amantes del mar se respiraba el mejor de los ambientes que pueda existir antes de una competición.

Sábado 8
Unas charlas y unas horas de sueño después, los competidores ya estaban listos para dar lo mejor de ellos. La mañana y la carrera daba comienzo sobre las aguas de Punta Umbría. La primera etapa de este raid comenzaba con 20,9 prometedoras millas. Dejando atrás Huelva, las semirrígidas y las motos de agua tomaron rumbo Chipiona. Entre el desayuno y la comida se disputó la segunda etapa, esta vez con unas pocas millas más que en la primera, 28 millas.
Ya con el estómago lleno los participantes estaban listos para enfrentarse a la etapa más dura y sacrificada de la competición, las temidas 40 millas. Con un mar más agitado que tranquilo fueron cruzando las aguas que bañan las costas de dos provincias andaluzas. Superada la tercera etapa ya estaban de vuelta en Lepe, donde acabaron la noche con una cena en el Puerto del Terrón.

Domingo 9
Un domingo acompañado por el sol y un viento más amigo que enemigo. El raid estaba en su cuarta etapa. Esta consistía en recorrer 23 millas por las aguas de Huelva, teniendo como destino Sanlúcar del Guadiana. Muchos de los participantes comentaron que esta fue una de las navegaciones que más disfrutaron y quedaron sorprendidos por los paisajes que iban dejando a su paso. Antes de afrontar la última etapa los participantes afrontaron un desayuno para que les diera la fuerza necesaria para las últimas millas. Esta quinta etapa fue la más corta pero después de todo lo recorrido quizás fuera la más larga.
Con un total de 125 millas a sus espaldas y una sonrisa en la cara fueron llegando los concursantes a Lepe como el que vuelve a casa.
Todo acabó con la entrega de trofeos. Pero ya se sabe, aquí no gana el que llega primero sino el que mejor se lo pasa porque la vida no se basa de trofeos sino en momentos, risas y experiencias. Y 72 horas y 125 millas dan para muchas.