Desde tiempos remotos, las personas siempre han necesitado una manera de mantenerse a flote en el agua. Usaban pieles de animales, partes de barcos de madera o piezas de corchos; en caso de emergencia. Pero cuando se empezaron a crear barcos de hierro y acero esto provocó mayor número de muertes por ahogamiento, ya que estos no eran buenos salvavidas…
Estos desastres hicieron que a partir de 1850 fuese en constante aumento los tipos de chalecos salvavidas que podemos encontrar hoy en el mercado. Su uso, y no es para menos, se ha extendido tanto en puestos de trabajo como de ocio. Incluso se ha extendido el uso de chalecos salvavidas para perros.
¿Cómo nos ayudan a flotar los chalecos salvavidas?
El cuerpo de una persona está compuesto en su mayor parte de agua. Por lo que la densidad de una persona estará muy cerca a la del agua. Mantener a una persona a flote no requiere de mucha fuerza, y esto es lo que proporciona un chaleco salvavidas.
El aire se queda en el interior del chaleco salvavidas y al estar en el agua este empujará hacia arriba, dado el menor peso del aire. Así que con ese aire, el cuerpo ya tiene la fuerza necesaria para mantenerse a flote en el agua. Al igual que pasa con una pelota de playa.
El chaleco está formado en su parte externa por Nylon o Vinilo y la parte interna generalmente de corcho. Aunque también los podemos encontrar inflables, los cuales tienen un cartucho de gas de dióxido de carbono cosido al mismo chaleco que se activa. Puede ser automáticamente cuando es sumergido en el agua o manualmente liberando ese gas que llenará el interior del chaleco. Éstos sólo se aconsejan a adultos que sean buenos nadadores.
Selecciona la talla adecuada
Un factor a tener en cuenta son las tallas. Los chalecos salvavidas no son de talla única. La cantidad de flotabilidad que una persona necesita para mantenerse a flote depende de su tamaño. Los chalecos salvavidas no funcionarán si no están ajustados a la medida correcta de la persona. Deben ajustarse bien para que la persona no se deslice fuera de él y acabemos lamentando incidentes. Podría incluso llegar a taponar las vías respiratorias impidiendo la entrada de aire. Esto ocurriría si el chaleco fuese demasiado grande. Y si es demasiado pequeño, los broches y las hebillas se pueden romper, por lo que el chaleco acabaría quedándose suelto.
¿Un chaleco vale para cualquier actividad náutica?
Algunos dispositivos de flotación se hacen de forma diferente para diferentes actividades. Por ejemplo, los chalecos para los pescadores y piragüistas tienen sisas más grandes. Los chalecos usados por los kayakistas pueden ser más cortos y menos voluminosos así no será molesto a la hora de remar.
Para actividades como el esquí acuático los chalecos son probados para asegurar que sobrevivirán al golpear el agua a gran velocidad. Esto significa que el chaleco salvavidas te permitirá resistir el impacto de una caída a esa velocidad y te mantendrá a flote. Un chaleco salvavidas podría ayudar a amortiguar la caída. La prueba sólo asegura que durante el impacto no se romperá una cremallera o costura. Esto no garantiza ninguna protección corporal, así que hay que extremar precauciones.
Toda la información se puede encontrar en la etiqueta del dispositivo. Si una persona tiene como costumbre variar entre distintas actividades, puede ser necesario que necesite comprar más de un chaleco salvavidas.
Un chaleco salvavidas debe ser probado anualmente al comienzo de la temporada de uso. Para obtener más información o adquirir chalecos salvavidas, acceda a nuestra tienda online www.todoneumaticas.es