Nuestra embarcación de recreo, una vez que se sumerge en el agua, entra en un fenómeno natural que hace que esta se ensucie. La suciedad coloniza de forma rápida todo lo que encuentra a su paso, por lo que para prevenir este problema se ha de usar una pintura antifouling. Esta colonización sería un ciclo biológico, lo que comúnmente se conoce como contaminación biológica.
Pero… ¿cómo funciona este ciclo?
A los segundos:
Tan pronto como se ha sumergido la embarcación, diminutas partículas orgánicas se adhieren. Estas partículas no son vivas.
A los minutos:
Los primeros organismos vivos empiezan a colonizar el casco de nuestra embarcación. Partículas se adhieren a nuestra embarcación preparando el terreno para que se adhieran las distintas bacterias que se encuentran en el fondo marino.
A las horas:
Las bacterias empiezan a aumentar y empiezan a crear colonias, las cuales crecen de forma exponencial de una forma muy rápida.
A los días:
Las microalgas hacen su aparición. Estas se adhieren a nuestro casco por la alimentación de las bacterias. Dependiendo del tipo de alga que sea y de su color, seremos capaces de ver una capa de color en el casco, lo que se denomina la película grasa.
2 meses, de forma aproximada:
Las algas más grandes, macroalgas, ya son visibles a simple vista. A estas alturas todavía no existe una capa incrustante en el casco, por lo que estas algas se podrán separar con un cepillado o, de forma suave, con agua a presión podremos deshacernos de ellas.
Después de 2 meses:
Empiezan a surgir los organismos que nos darán los mayores problemas a la hora de navegar. Las especies incrustantes empiezan a adherirse, por lo que nuestro casco puede ser dañado. Los ejemplos más comunes son las conchas, percebes, calcáreas.
Cuando la incrustación está en nuestro casco, deberemos de tomar medidas y aplicar antifouling, ya que puede ser dañado el casco.